La decoración de los distintos espacios del Hotel continua su avance, rigiéndose por una estética tranquila y atendiendo a la diversidad de su público objetivo.
El color blanco aporta a sus espacios un aspecto fresco y limpio mientras que el suelo de madera les dota de una mayor calidez. Se trata de alcanzar un ambiente que transmita calma y confortabilidad. Este propósito se lleva a cabo creando un ambiente de líneas sencillas, sin exceso de detalles ornamentales, colores suaves y monocromos. Se buscan aquellos materiales cuyos colores y acabados reflejen la naturalidad del espacio mediante texturas irregulares. Esta naturalidad se pretende mostrar también a través de la iluminación. La ligereza es otro de los aspectos predominantes, así como el equilibrio entre sus elementos decorativos. La integración de formas simples junto a colores suaves y texturas naturales permiten apreciar su belleza tras su aparente sencillez.